Nueva protagonista.

Y de la nada apareces,
Surges, naces, emerges.

Regalando sonrisas,
Regalando momentos,
Regalando inauguraciones,
Regalando un nuevo capítulo para mi historia.

O quizás, obsequiando un nuevo libro que leer,
Nuevos tiempos,
Nuevas caras, nuevas portadas de revistas...


Nueva protagonista.

Es curioso.

Desplazar la mente,
Ahondar en recuerdos,
Desaparecer en mi,
Pensando en ti.

Alejar el presente,
Presentarte a mi gente,
En mi mundo de consuelo,
En cada noche de desvelo.

Criticar el día,
Con la noche en la espalda,
Con las nubes de testigo,
Y las estrellas en tu falda.

Perderme en la noche,
Perderme en silencio,
Tocar tu ventana,
Mientras el paso del tiempo presencio.

Ayudarte a escapar de tu jaula,
Llevarte a un banquillo de historias,
Y bajo la noche estrellada regalarte el inicio de una nueva,
Una con aires de gloria.

Es curioso lo que un simple acto puede hacer,
Curioso porque rara vez se repite,
Curioso porque es extraño que se dé,
Curioso porque, de la nada, un amor puede nacer.

Permanencia.

Y lo que me entristece más es que estas letras seguirán emanando de la misma fuente de inspiración, estés o no.
Quizás la vida me dé otra oportunidad, con alguien diferente... Pero nunca podría mezclar las palabras, jamás podría trasladar la inspiración.
Es como un árbol, una vez que nace, crece y de ese lugar no se mueve.. Por más bello que sea su alrededor.
La inspiración es algo intrigante, viene de muchas formas y de varios lugares, pero siempre existirá un punto focal, una luz que brille más.

Y aunque no estés, igual brillas.

Algo nuevo que vivir.

Quisiera entrar en tu mente por un momento,
Por aunque sea un segundo,
Quisiera visitar tus pensamientos por un instante,
Por aunque sea una vez.

Quisiera ser un espectador ante tu imaginación,
Quiero que me lleves en un viaje por tus sueños,
Quisiera formar parte del elenco de tus utopías,
Quiero que me des un tour en ti.

¿Qué dirías si te cuento mis sueños?
¿Cómo reaccionarías si te dijera que aún te escondes en ellos?
No sales de ellos (aunque tampoco quiero que salgas),
Has hecho de mi mente, un hogar.

Quisiera revivir a Orion frente a tus ojos,
Como lo hacía en las noches al escabullirnos entre las cámaras,
Quiero regalarte nuevamente una razón para sonreír,
Como aquellas veces en el balcón de escondites, de escapes por el "oscuro jardín".

Quisiera sumergirme en tu presente,
Envolverme en tus anhelos,
Presentarte ante el crepúsculo y caminar por el horizonte,
Quisiera vivirte.

O revivirte, quizás.

Perderme entre las sabanas y las sábanas contigo,
Perderme en tus nuevos labios,
En tus viejos besos,
En tus eternos ojos.

Neruda quizás me me titularía de incuerdo al desear tanto pero la vida se hizo para querer, para tener algo por qué luchar, para tener algo por qué sonreír, algo nuevo que buscar, algo más que vivir, o alguien más a quien vivir.

Títeres

Amar es el ejercicio del corazón,
Se entrena para el trote,
Para enfrentarse al mundo sin razón,
Se entrena ciegamente, sin moverse.

Lo que no nos dicen al nacer es que firmamos un contrato,
Contrato donde nos dejan vivir sólo si vivimos a alguien más.
Pero abajo (en esa esquina inferior de la vida que nunca observamos),
Yace en letras pequeñas una oración, la cual lee: "Te enamorarás".

Firmamos ciegamente,
Avisando sin avisar al corazón para que estrene el entrenar,
Latiendo comienza todo,
La perpetua caída.

Alguien que le diga al ilusionado,
Alguien que le advierta,
Que le griten, por favor, que la vida se lo lleva,
Que a quien quiera, consigo se encarcela.

Y comienza el baile, encerrados en una burbuja de sueños,
Atrapados en un campo de sentimientos,
Un espejo de dos vías para que el mundo observe como danzan, como se convierten en víctimas de la vida, del amor.

Y aquél victimario, acelerando corazones de encuentra,
Calculando los desamores a destiempo,
Subiendo los desniveles del querer en desmesura,
Entretejiendo, a pulso fino, la miscelánea.

Anclas

Qué difícil es navegar en un barco anclado,
Aún teniendo sueltas las velas, imposible es.
Conflictivo mar, conflictivas olas,
Inundando la madera, llenando lo que ves.

Un saludo a la noche sin ti,
Un saludo lejano, aunque más que saludo, despedida.
Revivir utopías en sueños lo considero tortura,
Nunca he logrado ver la gracia de anhelar algo que no puedes tener.

La vida se trata de eso,
De mostrarte lo que no puedes tener,
De ilusionarte con lo que piensas que está fuera de tu alcance,
Con lo que crees que no eres capaz de sostener.

Pero la noche sigue, los sueños se desatan, el ancla se rigidiza, las nubes se esconden y comienzo a anhelar.

Jauría de recuerdos.

Qué jauría, desmantelada en la noche,
Se esparce más allá del viento,
Se incorpora a lo infinito,
Qué jauría, brillando en la lejanía.

El entretenimiento de los insomníacos,
Danzando frente a ojos sin descanso,
Abalanzándose sobre recuerdos,
Resplandeciendo, viviendo, iluminando.

Qué noche tan llena de todo y tan vacía a la vez;
Pues entre la totalidad lo que vale es lo que no se ve,
Qué noche tan llena de todo y tan vacía a la vez;
Pues la memoria se encarga de catalizar el descafeine.

Cuesta asimilar la grandeza de lo inmediato,
Siempre está presente pero nunca se vale,
Nunca se toma en cuenta,
Nunca se aprecia, por más que en los ojos resbale.

Curioso que lo más importante resida en lo pequeño,
En aquellas cosas que no entran en nuestro campo visual,
O en su defecto, como la nariz, la tenemos justo delante de nosotros pero la apartamos de manera casual.

Qué jauría, desmantelada en la noche,
Qué heterogeneidad tan marcada,
Por un lado: la vida.
Y por el otro: la expectativa.
Oh, qué jauría.

Qué manada de visiones,
De recuerdos inmersos en canciones,
Qué noche tan fría,
Hasta hace confundir a las estrellas, con jauría.